El asesinato a la miel

Desde el año 2000, el 40 por ciento de las abejas de EEUU han desaparecido. Todas las frutas y verduras dependen de ellas y de su amable polinización, y nadie está realmente enterado.
Ustedes imaginen a un hombre haciendo el trabajo de una abeja: dirán que es casi imposible y sí, lo es, es mucho el trabajo. Sí, ciertamente el trabajo es muchísimo, pero las personas que viven en el sur de China y su sustento es la pera, no tienen otro remedio que polinizar una por una cada florcita de cada árbol. Las abejas puede en un día polinizar 30.000 flores, los hombres sólo 30 árboles. Imagínense
Y así tendrá que ser: estudios demostraron que en el 2035, y si esto sigue así, en los Estados Unidos las abejas van a desaparecer. Ahora bien, se dice que el principal motivo de esta extinción sin sentido es, según el artículo que publican en Science, los genes del virus israelí de la parálisis aguda (o IAPV en sus siglas inglesas) parecen encajar bastante bien con el despoblamiento de las colmenas. Están tratando de mezclar abejas africanas (las más peligrosas) con las abejas comunes, a ver si logran una especie más fuerte al virus. Esta razón puede ser la principal pero no es la única: desde los pesticidas y productos similares hasta la telefonía celular, los transgénicos o incluso a cambios en el clima.
Es un poco ridículo pensar que el hombre está dejando sin hombres al mundo, que nos estamos destruyendo, y ciertamente da vergüenza ajena, aunque de ajena no tenga nada, pero terminar, casi adrede, con las abejas es un riesgo muy alto y otra de las estupideces humanas que son imperdonables.
Científicos tecnológicos tratan de buscar la manera de que una máquina releve la labor de estas obreras, pero siempre caen en el fracaso, ningún tipo de invento pudo aún lograrlo.
Ningún medio en el mundo le da la real importancia que el tema tiene, ya que al ser pequeños insectos, parece ser que a nadie perjudica, pero eso será hasta que en el mundo las frutas y hierbas sean historia vieja