18 de agosto de 2012

El dúo que me cuesta la vida

La credulidad es tener una presunción de verdad enorme.

Es confiar en que la verdad subjetiva y las palabras que la enuncian van de la mano. 
Es creer que el lenguaje comunica y no manipula. 
Es pensar que la humanidad es buena por naturaleza. 
Es insistir en que tu verdad va a ser cuidada. 
Es apostar a la  transparencia.

La credulidad te buchonea para que te den la paliza de tu vida.

La inocencia es la sorpresa permanente.
Es saber que se puede.
Es no temer lo mejor.
Es blanca. Es luminosa.

La inocencia te lame las heridas.

Así, creo, somos todos un poco.
Espejos mejor no.

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