3 de agosto de 2012

Decir, no más -no menos-.

En la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), el 'digo' es muy popular. Si querés marcar tu tendencia intelectual, tenés que usarlo. Afirma, da entidad, da capital social.


Es realmente curiosa la muletilla: verbo en primera persona del presente simple. Si bien es tautológico que un uno afirme el propio decir, usan y abusan del recurso retórico. Digo, digo, digo.

No creo que sea por una cuestión de equilibrio del discurso -dicen tanto que tienen que llenarlo de vacíos y pequeños segundos para pensar más ese tanto que venían diciendo-. Estoy casi segura que es una rebelión inconsciente a citar muchas veces lo que dice Fulanito, que le contesta a Menganito, que le retruca a Pepito. 

Admito que me molesta bastante cuando las llamadas 'ciencias sociales' parecieran reducirse a eso, a una discusión constante entre voces muertas que hablan desde la letra fría de la hoja amarilla. Pero ellos dicen, en presente y a viva voz. Sobretodo a eso: a viva voz.

En fin. Nada. Eso. Digo, nomás.

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