3 de diciembre de 2008

“El tango llena la necesidad del abrazo”

El referente de la milonga, Esteban Morgado afirma que hay lugar para muchos que tiempo atrás no se hubieran hallado dentro del género. Apoya las políticas culturales de la Ciudad y ansía la apertura de la música hacia el mundo.


Esteban Morgado tiene diez dedos. Su habilidad con su amiga de seis cuerdas va más allá de las explicaciones físicas y roza la conexión espiritual. No por nada es uno de los artistas del tango y milonga más reconocido del país. Multipremiado y con amplia experiencia en el escenario, le dedica su vida a la música desde hace 45 años. En sus palabras se nota que aún va por más.


Su CD Milongueros fue nominado como Mejor Album de Tango en los Premios Grammy, ¿qué tiene de diferente a los otros álbumes?
La particularidad de Milongueros es que fue producido por la gente de La Viruta, una de las milongas más famosas y populares de Buenos Aires, a la que van muchos jóvenes a bailar. Su dueño, Horacio Godoy, me ofreció hacer temas que atrajeran a los chicos al tango y ahí se me ocurrió hacer versiones tangueras de Queen y Sting, como una manera de acercarlos a este tipo de música.

¿Cómo se da en la actualidad esa relación entre la juventud y el tango?
Hay mucha gente joven que se está metiendo, sobre todo a bailarlo, porque encuentran una manera de expresarse o saciar esa necesidad del abrazo. Lo que tiene de particular el tango es que es absolutamente pasional, en donde se abraza al otro, y eso, hoy por hoy, no se da en otro tipo de danza. Es una manera muy interesante de que siga habiendo contacto físico, algo muy lejano a lo que habitualmente se encuentra en los boliches. Por otro lado, mucha gente del rock se ha volcado al tango, y así se forman muchos puntos de abordaje, que permiten a los chicos ver que el tango no es algo de viejos, sino que se puede bailar y disfrutar a cualquier edad.

Muchos afirman que la internacionalización del tango y su fusión con otros géneros, como con la música electrónica, podría derivar en la pérdida del tango puro…
Todo lo que sirva para mostrar al mundo lo que hacemos, está bueno. Además que se haga tango electrónico, como por ejemplo Bajo Fondo Tango Club o Gotan Proyect, sirve para acercar gente al tango, y muchos, de esa manera, escuchan por primera vez un bandoneón. Todo lo que se haga sirve, porque es un género muy amplio y da lugar a un montón de gente que originalmente no estaría dentro. En realidad, habría que preguntarse qué es ser un tanguero genuino hoy. Por ejemplo, yo me consideraría uno porque hace 20 años que estoy dedicado a tocar tango con mi grupo, pero al mismo tiempo hago otro tipo de música, que es la que también me gusta, como el rock, la música clásica y el jazz.

¿Cómo es la relación entre el tango show y los extranjeros?
Mucha gente viene de afuera esperando danzas espectaculares, con acrobacias y efectos, como en el tango show. Otros buscan más la raíz, entonces van a las milongas, donde hay cantantes y parejas que no bailan tan acrobáticamente.

¿Cómo ve las políticas culturales del jefe de gobierno, Mauricio Macri?
Uno de los grandes errores que tenemos los argentinos es el de no reconocer las cosas buenas que hacen los que no son afines ideológicamente a nosotros, y pese a que no comulgo con Macri, el ministro de cultura, Hernán Lombardi está haciendo las cosas muy bien. Podría uno preguntarse si no es Macri quien ordena, pero creo no, porque lo que se está haciendo es más afín a la ideología de Lombardi, un hombre de gestión, al que le gusta hacer cosas y, es por sobre todo, una buena persona. Capaz Macri ni se entera de lo que él hace, o tal vez sí, pero lo deja hacer. Está bueno que Lombardi haya mantenido la tradición de festivales en Buenos Aires.

¿Qué funciones cumplió la guitarra a lo largo de su vida?
A los cinco años nos mandaron a mi hermano Claudio y a mí a estudiar guitarra, porque hacíamos mucho lío. Desde ese momento siempre me acompañó. En la adolescencia la guitarra me servía para conquistar chicas, para que los amigos me dieran bola, para ser el centro de atención en una reunión.

Cuando era pequeño, ¿soñaba con dedicarse a la música?
A pesar que desde chico siento amor por ella, nunca pensé que iba a dedicarle mi vida. Por eso, durante cinco años estudié psicología en la UBA (Universidad de Buenos Aires), pero no me recibí porque ya trabajaba como músico. Desde los 17 años doy clases, así que desde joven gano dinero tocando y con la docencia.

¿Cómo es la relación con su hermano Claudio Morgado?
Es fantástica, somos muy amigos y nos queremos y apoyamos mucho. De hecho, él es un músico fantástico y cada vez que puedo lo invito a tocar conmigo.
¿Qué le recomendaría a una persona que nunca escuchó tango y quisiera empezar?
Primero que nada, mis discos. También a Astor Piazzola, Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo, Horacio Salgán, todos esos personajes tan grosos, en el orden que quiera. También, las viejas orquestas y cantantes como el Polaco Goyeneche, Carlos Gardel, y actuales como Caracol, la primera época de Adriana Varela, la Tana Rinaldi, Eladia Blázquez.

¿Con quién no ha tocado y le gustaría hacerlo?
Por suerte, lo he hecho con casi todo el mundo, pero sólo me falta tocar con Mercedes Sosa. Además en el programa que hacía con Silvina Chediek, siempre tenía contacto con artistas bárbaros. Pero, hoy por hoy mi objetivo está en dedicarme al Cuarteto, no en tocar con la Negra.

Actualmente, no hace más el programa de televisión con Chediek, Letra y Música, en el que un artista es invitado a tocar con usted. ¿Qué pasó?
En el Canal A ya no nos quisieron más, porque lo agarró una mujer que de producción no sabe nada, que hizo que el canal apareciera en el último lugar de la grilla y lo destrozó. Estamos buscando alguna otra señal, pero mientras tanto seguimos en AM, en Radio Nacional, los viernes de 23 a 24.

¿Cómo es la dinámica del programa radial?
Son programas grabados que todavía no fueron muy publicitados, con bastante audiencia, en donde hay un invitado y yo toco lo que la gente pide a través de los mails. Es igual al programa de televisión.



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