30 de junio de 2008

Del capitalismo solar a un socialismo lunar

Muy lejos queda el pueblo de Coronel Odriozola: tan lejos que ya te has perdido antes de salir a buscarlo. A este pueblo solo llegan los hilos de las novedades; allí no se conoce la comedia musical, ni las encuestas de opinión, ni el color añil, ni los caniches. Nunca llega un diario entero; un par de veces en el año caen por allí las seis páginas un suplemento de modas, aunque nadie las mira, porquelos habitantes de Coronel Odriozola desconfían de la palabra impresa y tienen la creencia de que los verdaderos saberes solo pueden transmitirse por medio de la conversación. Pero tienen radio. A la mañana se puede sintonizar la programación de una emisora de derecha de la provincia de Buenos Aires. A la tarde la recepción se interrumpe. A la noche captan las ondas de una radio de izquierda de la Capital.

La gente de Coronel Odriozola tiene la superstición de creer en las cosas porque han sido dichas por radio. Por eso, durante la mañana son burgueses asustados, al borde del fascismo. A la noche se dedican a luchar por la dictadura del proletariado. Sus ánimos pasan de un capitalismo solar a un socialismo lunar. Como una especie de Penélopes inversas, se reúnen hasta el amanecer para complotar por la toma del poder. Pero a la mañana siguiente desbaratan sus propios planes. Quizás la mejor hora para conversar con ellos de política sea la de la siesta, donde la incertidumbre los hace bambolearse entre el socialismo democrático y la dictadura popular. En esos momentos de disconformidad es cuando se forma el germen de la revolución -o el golpe de estado- contra ellos mismos.

Pero en los bordes de este equilibrio, un levantamiento interior, lento y oscuro trata da abrirse paso dentro de cada habitante de Coronel Odriozola. Ay, cuando ese día llegue.

Dicen acá que está basado en una historia real.

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