15 de julio de 2007

La vida secreta de las palabras

Un hombre en las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló su secreto:
-La uva -le susurró- está hecha de vino.
Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: si la uva está hecha de vino, quizás nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos.
Eduardo Galeano


Suelo llenarme la boca -acumular letras en mis tipeos, en este caso- con palabras grandilocuentes y embellecedoras que muchas veces terminan diciendo poco. Es como si la nada girara entre las separaciones de cada letra dibujada virtualmente, convirtiéndola en obsoleta. Así, se contagia la oración, se derrumba el texto entero y el fracaso se asoma en el escrito.

Hay un tremendo abismo entre las encadenaciones de palabras que pueden aparecer en la mente y el momento en el que se plasman en el mundo empírico. He asistido a numerosos funerales de textos que nunca fueron-que murieron casi antes de nacer- y me convierto en un ser viudo de ideas llenas de verborragia, que no tendrán permanencia en ningún lado, ni serán plasmadas en algún lugar sediento de esa cuasiesencia que traen las palabras en sí mismas.

Hay un porqué persiguiéndonos. Siempre. Podría arriesgarme, casi, a afirmar que el humano es un porqué que respira y que, con cierta curiosidad infantil encima, se presenta en un mundo lleno de preguntas que flotan en un aire condensado de más indagaciones. Escribo curiosidad infantil porque es un término que desearía que impactara con la tonalidad de pureza que conlleva en sí mismo, aunque no sé si genere lo que deseo.

No es que tenga un karma mesiánico y venga a profesar sabidurías de ninguna clase ni estilo. Sin embargo, dicen, que las dudas de uno pueden ser las de muchos y, en este caso, el exagerado uso de un vocablo adquirido con numerosas lecturas de diferentes tipos -absorbidas con desesperación, gozadas hasta el orgasmo-, puede inculcar semillas de interés en todo aquél que se anime a sumergirse en la marea del texto que se ofrece.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Uh!... no sabia que tendría tamaño honor...

Esta muy bien llenarse la boca de palabras embellecedoras, porque si bien muy bien no sabes con exactitud lo que queres decir, hay todo un mundo detras (no se si hace falta que aclare pero bue...el de la interprectacion del lector) que lamentablemente no podes percibir (me salio un versito je, que se me cago cone l parentesis que puse dps). Pero vamos! Esto es lo genial de la literatura.

emm... me ENCANTO el tercer parrafo

y suertisima con este blog.. aunque no comprendo muy bien por que un blog debiera tener suertisima.

Anónimo dijo...

Es cierto posees una grandilocuencia que pocas veces vi, pero que muchas veces leí.
Pero a diferencia de lo que escribiste creo que decir demasiado, solo que no todos podemos verlo.

Guillermo Estoussel dijo...

exitos con el blog, empezo muy bien..

quizas pronto retome mi rutina bloguera.. nunca se sabe

Anónimo dijo...

La simple interpretación del lector, hace de tu escritura magia para mis ojos...



t kiero bonita...

Viernes dijo...

Llegué acá queriendo saber quien había firmado en mi blog, ahora lo único que me interesa es saber quien escribe en éste.

Ni escuchando a Yann Tiersen logro concentrarme lo suficiente como para deducirlo....

A quien sea, abrazo de Viernes

Elsa D'Onofrio Irizar dijo...

Gracias por traerme a tu mundo con tu comentario. Y te pido sólo una cosa, hermosa, no te conformes, seguí adelante, no te preocupes por los ecos que generes. Son tus palabras, los ecos son nuestros.
Me recordaste a tí, cuando aquella noche 'pispeabas' a los adultos (?) desde atrás de la cámara.
Te mando un abrazote.